Sunday, November 19, 2017

3 días de diciembre

Fotografía inédita: Nikon D700 + Nikkor 24mm (2.8). Londres, 17 de Diciembre 2010

Ante todo que quede claro que no me gusta mirar atrás. Soy una persona un tanto melancólica pero, por encima de todo, alegre, optimista y siempre mirando hacia delante. No creo en las casualidades, suena a tópico pero es cierto. Creo que todo tiene un sentido y a nosotros nos corresponde buscar las respuestas. Filosofía aparte, la ‘era digital’, tan criticada, ha propiciado que encontrara una vieja fotografía de diciembre 2010. Siempre obsesionado con la fotografía física, el papel contra la infinidad de archivos que acumulamos sin sentido en nuestro ordenador, esta vez me ha jugado una buena sorpresa. Como que 'las casualidades no existen', he pensado en recuperar esos “tres días de diciembre”y contar la verdad de aquellos días que me cambiaron como persona y me hicieron un poco mas maduro.

Miércoles 15 de diciembre de 2010, llego a casa hacia las 20 como de costumbre, me conecto a Facebook y abro el chat a ver quien está disponible para charlar. Mis compañeros de piso están ya en sus habitaciones y como siempre, me toca cenar solo con toda la casa en silencio para mi. Justo cuando llega la hora de acostarse se publica una noticia en el muro: ‘Paul McCartney dará un intimo concierto en el 100 Club el proximo viernes 17 a la 13 del mediodía. Pertenece a una campaña para salvar el club centenario contra la intención de derribarlo. Entradas a la venta el día 16 a las 10 de la mañana con un único precio de 60 libras, sólo por internet’. Se me iluminan los ojos! Veo que se trata de Londres y busco donde se encuentra ése 100 Club. Si! En pleno Oxford Street! No me lo puedo creer! Justo antes de acostarme hago los pertinentes preparativos para la mañana siguiente y añado el portátil para seguir la venta de las entradas a las 10 de la mañana. Jueves 16 de diciembre, me levanto temprano como siempre. El sol sale muy pronto y la falta de persianas me hace levantarme sin la necesidad de despertador. Almuerzo de cereales y leche con miel. Hace mucho frío y la previsión es de nieve al final de la semana.Tomo el nº 13, como de costumbre, que me lleva hasta Oxford Street. Esa mañana, excepcionalmente, localizo el 100 Club en pleno corazón de la ciudad justo antes de Tottenham Court Road muy cerca de St. Giles, la escuela donde estoy cursando el Teacher Training. Mejor impossible!. Entro en un Starbucks en frente del local del concierto y me conecto a internet justo a las 10 de la mañana. Pero no hay suerte, se me cuelga varias veces y me es impossible acceder al sitio web. Cuando consigo conectarme un mensaje me dice que las entradas se han agotado. Como? Si no han pasado ni 10 minutos! Salgo del Starbucks, cruzo la calle y entro dentro de la finca del nº100 de Oxford Street. En el portal me cruzo con una persona que resulta ser el propietario. Le pregunto por las entradas y me dice que ya no quedan. Me quedo un rato inspeccionando los bajos del local donde se dará el concierto y me sorprende por lo pequeño que es. Cuando estoy a punto de salir entra el cartero en la finca y literalmente me lanza un gran paquete de cartas en el pecho. Le digo que no soy de allí y se va. Pienso en aquellas cartas, quizá alguna pueda tener alguna entrada y me escondo el fajo de cartas dentro la chaqueta. Consciente de la locura que estoy haciendo voy a clase como de costumbre hasta las 16. Luego hago la segunda locura del día. Pienso que quizá estaría bien dejarse caer por la parte trasera del 100 Club para ver si se cuece algo. És prácticamente de noche, hace un frío tremendo y empieza a caer agua nieve. De pie, en frente de un portal cercano, me parece oír a Paul. En efecto, es la prueba de sonido y estoy seguro que oigo su voz. Aunque intento entrar y bajar las escaleras al final no tengo valor. Al día siguiente constato que en efecto era él. Estoy ahí esperando durante quizá un par de horas hasta que no puedo mas. Estoy completamente helado! Vuelvo a casa y me encierro en mi habitación, me siento en el suelo encima de la moqueta justo al lado del radiador y voy abriendo las cartas una por una. Nada! Las vuelvo a cerrar y las tiro de nuevo al buzón. 

Inciso: 
Lo que ocurrió el día del concierto esta ampliamente contado en la entrada publicada en este blog; “Paul at 100 Club", así que no voy a repetir nada pero si que voy a añadir detalles que no conté en su día: 

Poster del concierto

Hay que decir que aquel 17 de diciembre de 2010 salí de casa esa mañana a primera hora dispuesto a coger algún autógrafo de Paul. No pensé que podría entrar al concierto. Llevé un par de vinilos; ‘Abbey Road’, una primera edición británica de 1969 con un error de imprenta muy buscada, ‘McCartney’, otra primerísima edición también británica de 1970 (justo el culpable de mi pasión por la fotografía), una partitura de ‘Dear Prudence’ con las fotos del álbum blanco y como de costumbre, mi nueva reflex Nikon D700 con el angular 24mm. Justo aquel viernes se graduaban las profesoras que teníamos en el grupo del Training y también era el ultimo día antes de las vacaciones de Navidad, así que la fiesta estaba asegurada. Con una de ellas, Kitty Woo, llevaba flirteando desde hacia semanas y esa era mi oportunidad. Pero los planes se cruzaron momentáneamente y fui al concierto no sin antes ver a Paul entrando en coche por la puerta trasera. Nadie me registró, había un poco de descontrol, podía haber llevado alguna arma y nadie se hubiera dado cuenta. No creo que fuéramos mas de 200 personas. Una vez a dentro, después de mi momento de gloria y de tomarme una pinta, llamé a mi madre justo durante los coros finales de ‘Hey Jude’. Tenia que compartir aquel momento inolvidable con alguien y pensé en mi madre. Luego me acerque a una esquina para poder coger un autógrafo y conocí a una pareja de españoles justo cuando sonaba ‘Get Back’. En esa esquina saque mi cámara y tomé un par de fotografías angulares, justo la perspectiva perfecta con el escenario, el publico y la escasa distancia que los separaban. Sólo tome un par, o quizá tres. Pensé que si me veían los de seguridad me requisarían la cámara por eso no hice mas. Solo aquella perspectiva. Recuerdo que en una o dos de ellas las fotos estaban subexpuestas y las borre automáticamente, por eso olvide la existencia de una tercera bien expuesta y la foto quedo archivada hasta ahora. Volviendo al concierto, es cierto que justo en ese momento detrás mío encontré a Ron Wood y le grité como si estuviera lejos pero lo cierto es que estaba muy cerca. Creo que se asustó. Finalmente intente conseguir un autógrafo, Paul me cogió la mano derecha para firmar pero las vallas cedieron por la presión de la gente y se marchó rápidamente. Una lastima! Sobre las 16 de la tarde salí del local y fui hacia el pub ”The Swan” justo detrás del colegio en Russell Square donde la fiesta de graduación había empezado. Aunque la hora pueda parecer extraña, en Inglaterra es muy habitual salir de clase o del trabajo los viernes a primera hora de la tarde hacia el pub mas cercano. Una postal muy británica que llevaré siempre conmigo. Aun lleno de emoción, conté a mis profesoras y a los compañeros de clase lo que acababa de vivir hacia pocos minutos. Con la emoción aun bien visible, me tome un par de pintas y el alcohol me subió muy rápido. Me sentía eufórico y mi inglés brotaba con fluidez. En el baño inferior del local me crucé con Kitty, una de las profesoras. Una preciosidad Galesa con los ojos verdes y el pelo castaño que se volvía rojizo al sol, un perfil muy habitual en Gran Bretaña. Llevaba un jersey verde de lana escocesa muy parecido a uno que tenía y todavía conservo. Aquellos jerséis se convirtieron en nuestro símbolo y fueron un poco nuestro principal nexo de unión. En el sótano, después contarle lo vivido terminamos besándonos. La mañana siguiente Londres se levantó completamente blanca. Una fuerte nevada, que duró prácticamente todo el fin de semana, paralizó todo el país, el aeropuerto de Heathrow y varios aeropuertos de media Europa. Aquellas Navidades mucha gente no pudo volver a sus países y quedaron atrapados, muchos de ellos durmiendo en las despensas aeropuertoarias. Yo tuve suerte, mi querido aeropuerto de Luton, al ser el mas pequeño, se salvó de la falta del liquido anticongelante para refrigerar los aviones. 
Love from UK! 

Fiesta graduación: Kitty (clad in green). Londres, 17 de Diciembre 2010

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