...beautiful morning light from...
La luz ha pasado de ser un simple detalle a ser una de las cosas más importantes de mi vida. De hecho, la fotografía depende única y exclusivamente de la luz.
Así pues, mi relación con la luz es más que evidente. Lo más curioso es como ha derivado de ser una cosa vitalmente profesional hasta llegar a ser una parte importantísima de mi vida.
Depende de la luz existente soy capaz de sentirme mejor o peor, mas feliz o menos entusiasta en cada situación de la vida misma. En términos físicos la luz que llega a nuestros ojos es una radiación que se propaga en forma de ondas electromagnéticas. A partir de ahí nacen distintos tipos de luz. Principalmente, sin entrar mucho en detalles, la luz puede ser reflexiva, de transmisión / refracción y de absorción. La luz también tiene otro tipo de propiedades, sólo para dejar constancia; la polarización, la interferencia, la difracción o el efecto fotoeléctrico. Estas son las más importantes en luminotecnia. En fotografía la parte mas importante es la óptica. La óptica es la rama de la física que estudia el comportamiento de la luz, sus características y sus manifestaciones. Depende del tratamiento óptico de las lentes fotográficas, el objetivo se comportará mejor o peor o será capaz de absorber mayor o menor cantidad de luz. Y eso se traduce en el grado de nitidez y contraste de la imagen final. Solo para terminar con la parte mas técnica de la iluminación, comentar que las ópticas fotográficas están formadas por distintos grupos de lentes agrupados. A mayor grupo de lentes, menor capacidad de absorción de luz. Física pura. En resumen; los objetivos mas adecuados son aquellos de focales fijas con menos elementos (aunque mas hodidos a la hora de trabajar). Pero resultan más interesantes de usar. Ahí se fraguan los grandes fotógrafos.
Y es que la luz no sólo nos ilumina sino que es capaz de mostrar detalles de nosotros mismos que nos favorecen más o menos. Me refiero a que según el tipo de iluminación que cae sobre nuestra faz, nos acentúa los rasgos más interesantes o nos puede resaltar quizá nuestra parte menos favorecida.
Siempre me ha parecido muy interesante no sólo la manera que tiene la luz de
caer sobre nosotros sino como puede cambiar un rostro de mejor o peor según la iluminación para la ocasión. Resulta muy complejo iluminar adecuadamente un sujeto u objeto, aunque pueda parecer simple, no es tarea fácil. A mi me cuesta muchísimo, es un auténtico arte. Prefiero recurrir a las simples y típicas entradas de luz natural de una ventana, persiana, etc… Una cosa tan simple puede llegar a tener mucho encanto. Me considero un gran observador de la naturaleza y sus formas. Pero sobretodo lo que mas me fascina es la luz y los cambios de la misma en las distintas épocas del año.
Noviembre, aunque es un mes triste (el más triste del año) posee una de las mejores luces. Una mañana radiante de frío se puede convertir en una magnífica experiencia fotográfica. Las puestas de sol frente al mar, especialmente en estas fechas, son realmente únicas. El gran encanto del otoño e invierno se produce cuando se pone el sol, la luz desaparece en minutos. Sacar una buena imagen puede ser cuestión de segundos. Y Londres tiene una luz muy compleja. De momento no me he atrevido a fotografiarla con mi réflex, todavía estoy en proceso de observación. La verdad es que esta ciudad me lo pone muy difícil. La luz tiene mil formas y puede ser muy cambiante en las distintas horas del día. Me ha roto por completo las distintas fases lumínicas que uno tiene retenida en su memoria. Pero sólo por eso me atrae muchísimo, me motiva aún mas para sacar unas buenas imágenes londinenses. Como comenté en otro capítulo de este blog, aquí la primavera será impresionante. La explosión de color y naturaleza debe ser fotografiada! Así que quizá será mejor ser paciente y esperar tiempos mejores.